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Nada nuevo bajo el sol

Oriana Fallaci, en esa cátedra de periodismo que es su libro “ Entrevista con la historia”, decía: “La libertad no existe y no va a existir, porque siempre hay alguien que te va a limitar. La esposa,el padre, el novio o novia, el policía, el gobernante de turno”; pero sostiene Oriana, “que esa libertad hay que buscarla como si existiera, porque es lo único que le da razón a nuestras vidas”. Tenía toda la razón, este es el gran desafío de nuestros tiempos.

Cada determinada época las sociedades se descomponen dando paso a una nueva y esa nueva sociedad exige un nuevo modelo de Gobierno. Durante estos años aciagos los columnistas o líderes de opinión deben tratar de interpretar esas realidades y mostrarlas a sus seguidores.

“Si tú Madre te dice que te ama: Verifícalo” decía Mcluhan.

Este principio, que nació y se fortaleció en las escuelas de comunicación, más tarde se convirtió en una regla de oro para el periodismo serio. ¿Se aplicaría hoy a Vicky Dávila, María Andrea Nieto, Néstor Morales, Salud Hernández y a los Vélez, padre e hijo? ¿Se les puede llamar periodistas a estos personajes? ¿O será que nació una nueva profesión en el área de las comunicaciones?, algo así como activistas difamadores y desinformadores profesionales. ¿O es que siempre existieron, solo que antes no tenían el contrapeso de las redes sociales?

El caso de María Andrea Nieto es el más grave porque cometió varios delitos; apenas Petro fue declarado Presidente manifestó en su programa el control, que el dólar se estaba vendiendo a $5.000 en las casas de cambio, con el claro objetivo de generar pánico económico. El dólar hoy está en $4.300 y no por petro sino como consecuencia de las medidas adoptadas por la OTAN a raíz de la guerra en Ucrania, entre otros factores económicos globales.

En esas estaba, tratando de entender este embrollo cuando Taty me trajo el último premio que recibí, como director de VISIÓN, representado en un trofeo dorado. Me pregunto en forma escueta: ¿qué hago con esto?

Lo recibí y ahí entendí muchas cosas. Hoy en día se entregan muchos premios como reconocimiento a un buen trabajo, a una labor destacada, a un buen invento, a una excelente iniciativa, a casi todo. Los premios Nobel son la máxima expresión.

Hasta el siglo XV la historia de la humanidad, con sus imperios, sus guerras y sus estructuras sociales estuvieron montadas sobre una gran mentira: que la tierra era plana y el sol giraba alrededor de ella. Lo mismo sucede hoy en día, muchos nombres, muchos sabios, muchos intelectuales, viven una lucha constante, esclavizante, por obtener reconocimiento, por obtener poder, y se olvidaron de lo realmente importante: defender el planeta.

Durante siglos se vivió ignorando cosas que hoy hasta un niño las sabe, pero no se puso en riesgo la permanencia del hombre en la tierra. Solo necesitamos un poco más de 100 años para que el exceso de SABIDURÍA colocara el planeta en riesgo de desaparecer y con ello la raza humana.

Entonces no somos tan buenos, ni tan inteligentes, ni tan brillantes, ni tan prácticos, incluso así como los reyes medievales ignoraban que el exceso de carnes rojas les aumentaba el ácido úrico, les generaba gota y terminaban amputandoles las piernas, pero por desconocimiento seguían comiendo carnes rojas. Los sabios de hoy ignoran cosas elementales: ¿cómo se origina la lluvia, de donde sale tanta agua? desconocen qué acontece en los océanos una vez traspasan la línea de los 60 metros, que es lo máximo que pueden bajar los buzos y tantas cosas que aprenderían con solo leer a Salomón . Solo que a diferencia de los reyes no ignoran la grave situación que enfrentamos y la herencia apocalíptica que les dejamos a nuestros hijos.

¿Cómo le explican estos sabios, con especialidades en varias universidades y cargados de postgrados y MBA, a un ciudadano común y corriente, lleno solo de sabiduría popular, que en 50 años no tendremos planeta porque el carbón, el petróleo y sus derivados acabarán con él?

La lógica intuye la respuesta: no usen más carbón y petróleo, les diría el ciudadano, pero el sabio tendrá 100 teorías, 50 tesis de personalidades especialistas en el tema, 250 protocolos que garantizan la no contaminación de los combustibles fósiles y el pobre tipo sale de ahí confundido, regañado y con sentimiento de culpa por haber perdido el tiempo interactuando con este personaje, pero ahora con la certeza absoluta de que en unos años no tendrá planeta.

¿En eso debemos desgastarnos? ¿Para qué nos sirve hoy tanta SABIDURÍA? Aquí toma importancia Salomon y su sabiduría milenaria: “Todo lo que es ya fue, no existe nada nuevo debajo del sol”.

Author

Jorge Barros

Periodista colombiano especializado en temas políticos y económicos. Director la Revista VISIÓN desde el año 2002.