Post

“Desde las alas de la derecha lo van a seguir satanizando, pero desde la izquierda que hoy lo idolatran seguro lo va a terminar atacando”: Néstor Rosania acerca del gobierno de Petro

Colombia dio un giro a la izquierda con la elección como presidente de Gustavo Petro Urrego, del partido Pacto Histórico. Así se marcó el rumbo a un cambio que genera mucha expectativa entre sus electores y cierta incertidumbre entre el resto de los ciudadanos a causa de las transformaciones radicales que en campaña aseguró llevará a cabo.

El debate inició desde el mismo momento en que se proclamó ganador, porque los desafíos de ese nuevo gobierno son muchos y las reformas que él prometió son consideradas trascendentales, difíciles de ejecutar e inconvenientes para muchos.

En entrevista exclusiva con VISIÓN el investigador y corresponsal de conflictos armados Néstor Rosania, habló sobre los desafíos que tendrá que enfrentar el nuevo presidente en materia de seguridad: “Todos los delitos crecieron durante esta administración. Además, hay un dato que revela la intensidad del conflicto armado interno en los últimos años, según reportes de Naciones Unidas hubo más de 90 masacres”.

Petro siempre ha recibido críticas por su cercanía con Hugo Chávez y la simpatía con las ideas comunistas. “El fantasma del castrochavismo creado por el uribismo lo tiene encima y hay mucho miedo en pensar si Colombia será la nueva Venezuela”, esto será algo con lo que tendrá que lidiar siempre.

Ahora bien, unos de los obstáculos más complicados que tendrá el mandatario electo es su relación con las fuerzas militares y de policía, no solo por las reformas que quiere hacer al interior de estas instituciones, sino por el hecho de ser un exguerrillero. Rosania indicó “ es la relación más difícil que va a tener con cualquier cartera de los ministerios que va a tener a su mando, porque las fuerzas militares colombianas todavía están muy ideologizadas, se sienten de derecha y creen que representan a los ciudadanos de la derecha, no a todos”.

El investigador advierte que Petro sufrirá el desgaste normal de todo presidente en cuatro años, por lo tanto, “Desde las alas de la derecha lo van a seguir satanizando, pero desde la izquierda que hoy lo idolatran seguro lo va a terminar atacando”.

VISIÓN: ¿Cuál es el panorama político al que se enfrentará este nuevo Gobierno?

Néstor Rosania: Hay tres desafíos muy grandes, el primero es en materia económica por la por la subida del dólar que ha sido histórica y ha llegado a puntos más altos por una posible recesión a nivel internacional. Así mismo, las consecuencias económicas de la pandemia en términos de empresas quebradas y generación de empleo entre otros aspectos. Por lo cual tiene un escenario en términos económicos muy complejo que manejar.

Lo segundo es que en materia de seguridad Colombia tiene grandes desafíos, porque sigue siendo el primer productor de cocaína a nivel mundial. Tiene un grave problema porque las fronteras están permeadas por el crimen organizado. Cuenta con altos niveles en temas de violencia interna e inseguridad ciudadana. Todos los delitos crecieron durante esta administración. Además, hay un dato que revela la intensidad del conflicto armado interno en los últimos años, según reportes de Naciones Unidas hubo más de 90 masacres. En lo que va de 2022 ha habido por encima de treinta masacres.

Lo tercero va a tener un desafío político porque en Colombia siempre ha gobernado el centro o la derecha o la centro-derecha, fundamentalmente. Pero es la primera vez que vamos a tener un gobierno de izquierda, que ha generado muchas expectativas, pero también muchos miedos.

El fantasma del castrochavismo creado por el uribismo lo tiene encima y hay mucho miedo en pensar si Colombia será la nueva Venezuela. Desde ahí sus enemigos y la oposición ya tiene unos desafíos, pero dentro de su propia gente también tiene un reto, porque ellos creen que van a ver la transformación, que se va a dar en casi que unos meses, pero esto no va a ser así.

Petro tiene que generar unas reformas políticas que deben pasar por el Congreso e ir creando gobernabilidad, haciendo alianzas con el Partido Liberal, hasta con el mismo Conservador que tanto lo atacó, para poder tener las mayorías y avanzar, pero no va a tener fácil su gobierno. Entonces creo que a nadie va a tener contento. Ni a la posición porque van a decir que son cambios muy grandes, ni a sus simpatizantes porque van a decir que son cambios muy pequeños.

VISIÓN: ¿Cuál es su punto de vista acerca del cambio de Colombia a un gobierno de izquierda?

N.R.: Hay dos cosas importantes que pasaron. La primera que los últimos cinco o seis presidentes en Colombia fueron puestos por el conflicto armado interno y la dinámica de la guerra contra las FARC.

Si recordamos rápido Andrés Pastrana por el proceso de paz y el diálogo del Caguán llega a la presidencia. Ante ese proceso fracasado llega el expresidente Álvaro Uribe, quien llegó con la promesa de atacar y golpear muy duro a la guerrilla, así fue en su primer gobierno y después llega a su reelección.

Posteriormente Juan Manuel Santos llega con el legado de Uribe que finalmente no lo sigue y se va por su propia lógica e hizo un proceso de paz. La reelección de Santos va a ser con el tema de darle continuidad a ese proceso. El presidente Iván Duque fue elegido como respuesta a la firma de los Acuerdos y hasta ahí han sido seis presidentes en línea donde el eje central era la fábrica el conflicto armado.

Este es el primero que no va a tener a las Farc como el centro de gravedad para llegar a ser presidente y por fin en Colombia empezamos a hablar de los temas de fondo, de la educación, la salud y la economía. Entonces este es un elemento importante, pues quitar a las Farc del escenario político le permitió a la izquierda llegar al poder por primera vez.

Lo segundo es que hay muchos temores frente a las transformaciones radicales que podría traer Gustavo Petro. El sabe que está en una disyuntiva si le va bien va a dejar un buen precedente para que nuevos gobiernos de izquierda suban al poder en Colombia, pero si le va mal sabemos que la extrema derecha liderada por la senadora María Fernanda Cabal podría estar desde ya enfilando baterías para la campaña presidencial de 2026.

Entonces Petro no puede irse a un extremismo versión Venezuela, sino que tiene que ser mucho más parecido al expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, como una izquierda moderada para que pueda generar una transformación, pero que no vaya a comprometer la economía, la propiedad privada entre otras cosas que deterioren la estabilidad del país.

VISIÓN: ¿Considera que hay motivos para preocuparse ante la entrada de Petro?

N.R.: Pues a priori, creo que no. El mensaje que ha mandado Gustavo Petro hasta el momento ha sido mostrar su deseo de generar gobernabilidad con la reunión con expresidentes como Uribe y César Gaviria, que habían sido sus enemigos hace muchos años. También ha mostrado su carácter un poco más conciliador generando diálogos entre líderes del campo como César Pachón con José Félix Lafaurie quien ha pertenecido a la extrema derecha del uribismo.

Se ha ido generando un buen ambiente frente a la necesidad de una conversación nacional. Estos son avances porque toda la vida era con violencia y que demos un paso hacia un diálogo entre los entre los enemigos pues es un mensaje positivo. Era necesario un cambio en Colombia hacía unos temas más de izquierda, en el sentido de una política social que se vea hecha realidad, porque desde el uribismo todos los subsidios eran para los ricos y para la corrupción.

El miedo es que se radicalice después y que no se quiera salir del cargo o empiece a hablar de reelección o que haga unos cambios demasiado extremos como una versión Venezuela, pero, así como allá hay una mala izquierda, existen unas más moderadas en América Latina que han intentado hacer una transformación. Entonces, esperamos que sea esa izquierda moderada de avanzada, progresista que no se queda en la lógica del marxismo leninismo ni nada por el estilo.

VISIÓN: Dadas estas alianzas políticas que Petro ha podido establecer con algunos de los partidos políticos ¿ve viables las profundas reformas que él ha propuesto?

N.R.: Creo va ser difícil para él en qué sentido, pues primero por el tema de la gobernabilidad que debería ser a través de las ideas, pero históricamente se hace a través de una transacción de entidades públicas, de cargos y contratos, así funciona la política. Entonces, por ejemplo, al Partido Liberal le dan superintendencias, de modo que los liberales terminaban con puestos en estas entidades y ponían a todos esos como cuotas políticas.

En Colombia se van repartiendo las entidades como notarías, ministerios entre otras. Lo que debería ser una gobernabilidad ideológica terminó siendo clientelista.

Los liberales y los conservadores son los grandes animales burocráticos porque tienen mucha votación en las elecciones a Congreso, gobernadores y alcaldes, porque lo que tiene son maquinarias políticas, donde ponen grandes sumas de dinero para la compra y venta de votos.

Entonces que estén hoy dentro de la coalición del Pacto Histórico, partido del gobierno de Gustavo Petro, indica que están detrás de qué les van a ofrecer. En el gobierno de Santos los conservadores se sostuvieron y llegaron hasta el final, porque ganaron una muy buena mermelada y por eso le aprobaban todos los proyectos de ley. Es un partido casi que un “veleta mercenario” entonces para dónde va el nuevo ellos llegan buscando algún beneficio. Lo paradójico es que a Petro, a quien siempre a calificaron de guerrillero de extrema izquierda hoy antes de iniciar su gobierno, ahora se fueron allá a hacer parte de su partido.

Lo segundo es hasta qué punto van a aguantar y a durar ahí o cuánto van a pedir para no irse, entonces esa va a ser una gran tensión que va a tener el gobierno y lo mismo el Liberal.

VISIÓN: En la campaña él recibió muchas críticas por sus cambios al sistema pensional, a la salud y reforma tributaria ¿Considera que es probable que Petro pueda llevar a cabo estas propuestas?

N.R.: La Reforma tributaria sí la van a sacar adelante, aunque va a ser dura en el sentido que sí afectará a la clase media, aunque dicen que va también a ser dirigida a las grandes empresas que han tenido muchas excepciones tributarias, cosa que también es verdad. Petro aspira a recaudar más de 90 billones para poner en ejecución todas las políticas y programas que planteó en campaña.

En cuanto al tema de salud ya empezó a moderar el discurso en un momento dijo que iba a acabar las EPS y ahora habla no de una reforma total, sino gradual. Ya que algunas de ellas pueden desaparecer, pero muchas de las actuales podrían mantenerse y hacer modificaciones.

Lentamente va a hacer un ejercicio de negociación en esos puntos y pues esas empresas grandes y esos conglomerados internacionales tienen mucho lobby en el Congreso para moderar los proyectos de ley para empezar la negociación con las comisiones técnicas para que puedan ir avanzando.

Pero sí hay necesidad de varias reformas, porque en el tema económico y la equidad social en Colombia es de los más desiguales de Latinoamérica y del mundo. Además, después de la pandemia hay 22 millones de personas en la pobreza, por tanto, debe haber nuevas estrategias para empezar a rediseñar el país.

VISIÓN: ¿Cuál es su análisis acerca del gabinete de ministros que ha convocado Petro a trabajar en su administración?

N.R.: En este sentido hemos visto un cambio real porque los funcionarios que ha escogido tienen un perfil más técnico, que político. Antes los ministros en Colombia se nombraban por favores de campaña porque les debían algo, por amiguismo o cercanía con el presidente.

Como el primer ministro de Defensa del presidente Duque. Era un empresario que no sabía de seguridad y terminó ocupando el cargo porque le debían los favores de la campaña con empresarios y quería manejar el Grupo Social y Empresarial de Defensa GSED o sea de los que compran armas, repuestos y comida para las fuerzas militares. Entonces pusieron un empresario más que a alguien que supiera de defensa. Lo hizo supremamente mal en materia de seguridad, aunque en los negocios de él le fue muy bien, al país muy mal.

Así se han asignado siempre los ministerios, pero los nombramientos de Petro hemos visto que son personas expertas con maestría, doctorado, con experiencia profesional en cada una de esas líneas, esta preparación ha generado confianza. De los primeros el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo Gaviria, da tranquilidad y hasta los más radicales del uribismo vieron con buenos ojos su llegada, porque es alguien que ya estuvo en esa cartera, la conoce y fue ministro de planeación, es alguien experto en la materia lo que estamos viendo es que estos primeros nombramientos son más técnicos que políticos.

VISIÓN: ¿Cuál es su opinión acerca de la implementación del Acuerdo de Paz en este momento de la realidad del país, que es diferente al inicio del gobierno del presidente Iván Duque?

N.R.: Hice un trabajo especial para un medio en el que trabajo a propósito de los cinco años del Acuerdo de Paz y entrevistamos a todos los actores que hicieron parte del mismo: a los firmantes, al Gobierno y a los desmovilizados. Tuve la posibilidad de tener una mirada en 360° de la situación.

Cuando uno escucha al Gobierno, en su momento Emilio Archila, hoy involucrado en un tema de corrupción y desfalco de los recursos de la Paz, nos dio un panorama muy alentador frente a proyectos productivos en las zonas que se llamaban los PDET, los planes de desarrollo con enfoque territorial.

En Colombia el Proceso de Paz está sobrediagnosticado. El gran problema es que el Estado no llega a las zonas más alejadas del país donde el conflicto es más violento, solo los militares y la Policía.

Pero hay que llevar toda la infraestructura del Estado, educación, salud, carreteras y portafolios de economía legal, etcétera. Entonces se escogieron los municipios más violentos donde la guerra ha pegado más duro y se priorizó que en esos lugares llegue el desarrollo del país y esos son los PDET.

Entonces cuando uno escuchaba al Gobierno decir que todo iba muy bien, pero en las regiones la gente decía que realmente son mínimos los proyectos que se están ejecutando a lo que se tenía que haber hecho va muy retrasado. Hay un tema de inseguridad jurídica, en términos físicos y de violencia de muchos excombatientes.

Cuando hablamos con otros actores hay la sensación de que el Estado tenía un discurso para la comunidad internacional, pero de puertas para adentro la implementación fue bastante mala para lo que se lo que se tenía proyectada.

Del mismo modo, creció el tema asesinato de líderes sociales y de excombatientes lo cual generó una fuerte desbandada de gente, que no todos se fueron para las disidencias, sino simplemente no quisieron volver a estar cerca de nada de la Paz, porque sintieron que eran objetivo militar de alguien, “una mano negra” que todavía no se sabe quién es y que los está matando, ese tema también es muy grave.

Lo tercero es que para terminar el Gobierno Duque se habla de un tema de corrupción de más de 500.000 millones perdidos que sería como unos 800 o 900 millones de dólares perdidos que no aparecen en el sistema de implementación de la paz. Ya hay varios informes a través del periodismo, porque los entes de control nunca sacan estas investigaciones. Se está haciendo la trazabilidad de qué pasó con esos recursos quienes serían los responsables.

Entonces como se dice coloquialmente esta administración deja “raspada la olla” del dinero para seguir la implementación del Acuerdo. El nuevo gobierno la va a tener difícil porque llega sin plata para ejecutar, le va a tocar es de la Reforma Tributaria volver a poner recursos ahí para darle una inyección también de confianza.

Por último, se sabía desde que se estaba negociando que iba a existir un reducto de gente que no se involucraría en el tema la Paz, sino que se queda en la delincuencia común. En el caso de Colombia son las disidencias que han ido creciendo porque el narcotráfico es muy lucrativo entonces se han ido por la por la línea narcotráfico y ya lo que terminamos fue en una descentralización de la violencia y esto es un problema que va tener el nuevo Gobierno.

Cuando vamos a las regiones la gente nos dice que antes sabían quién era el comandante del frente o los grupos armados que operan en la zona. Pero ahora dicen que hay una gran cantidad de grupos, todos van de civil, es gente que va en una moto, con un revólver, no van identificados de ningún grupo y ya no hay un mando dentro de las regiones.

Finalmente, lo que estamos viendo en este fin de la administración de Duque es una guerra muy dura entre las disidencias. Se partieron las disidencias de lo que la gente de alias Gentil Duarte que estaba en manos de “Iván Mordisco” versus las disidencias de Iván Márquez dónde está El paisa, Romaña y Santrich y esos dos están en una guerra donde ya han dado grandes bajas a miembros de las guerrillas antiguas de las Farc. Se puede decir que la violencia en Colombia se descentralizó y es como si hubiera un cáncer hecho metástasis por lo cual hay muchas guerras pequeñas en las regiones.

VISIÓN: ¿Cuál podría ser el resultado en un posible proceso de paz con el ELN, dada la posible afinidad ideológica con el nuevo mandatario?

N.R.: Sí, yo creo que va a existir un proceso. Gente cercana al gobierno ha dicho en estos días que la agenda ya ha ido avanzando y se está recuperando la confianza. Se va a firmar el Acuerdo de Paz con el ELN, pero eso no va a implicar el fin de la violencia en Colombia. Va a ser similar al proceso con las Farc en que se entregarán los principales comandantes o los ideólogos clásicos que están en Cuba, los que venían de la teoría foquista, la Revolución Cubana y de la teoría de la liberación. Todos esos son los que vienen a hacer política o como hoy vemos a los antiguos FARC.

Hay unas bases medias que intentarán vincularse proyectos productivos, a la desmovilización, a los planes de reintegración, pero también un gran porcentaje se va ir a las disidencias que entrarán a manejar diferentes negocios. Colombia está viviendo lo que se llama la transición de la guerra ideológico-política que fue de la izquierda de la guerrilla y la derecha los paramilitares propio de la lógica de la Guerra Fría, no de la izquierda y la derecha, los rojos contra los azules eso se está terminando el ELN va a cerrar finalmente ese capítulo.

Por tanto, quiere decir que las guerras ya no van a ser por la toma del poder por la vía de las armas, sino que las nuevas guerras van a ser por controlar lo que genere una renta de dinero como: el narcotráfico, la minería ilegal, el tráfico ilegal de combustibles, el tráfico de madera, el tráfico de migrantes, la extorsión y el secuestro.

Entonces eso es lo que son estas nuevas guerras, pero no es un tema político ni ideológico sino es un tema cien por ciento económico. Sí habrá un proceso de paz con el ELN, pero la violencia en Colombia va a seguir.

VISIÓN: ¿Cómo afectará el problema del narcotráfico la apertura de la frontera con Venezuela?

N.R.: En términos de seguridad y violencia va a seguir igual. Hace muchos años al inicio de Chávez, e incluso antes, las fuerzas militares y de policía colombianas y venezolanas tenían unas reuniones donde compartían información de inteligencia sobre los grupos armados en la frontera, pero esas comisiones desaparecieron y la comunicación se perdió. Ahora no se hablan para nada y eso sirvió para que los grupos armados ilegales estuvieran a sus anchas y ellos son finalmente los que controlan esa zona.

El restablecimiento de relaciones no va a afectar mucho. En Venezuela está pasando algo bastante grave y es que el conflicto armado colombiano se desbordó. Los grupos armados funcionan en la lógica de la bisagra eso quiere decir que las Farc y el ELN en la época de Hugo Chávez se pasaba la frontera y él los protegía, ellos pasaban a Colombia hacían los ataques y volvían a esconderse en Venezuela, eso lo hicieron toda la vida.

La diferencia entre las disidencias de las FARC y todos los grupos armados que están allá es que las disidencias tiene hoy una capacidad militar financiera y logística dentro de Venezuela y están haciendo operaciones armadas y hacen toda una guerra. Ahora los principales muertos son en el país vecino y ya no en Colombia o sea el conflicto ya se desbordó.

Entonces que se abra la frontera va a ser bueno para la economía de los comerciantes de frontera. Venezuela era el segundo socio comercial de Colombia, después de Estados Unidos. Pero en materia de seguridad los grupos armados ya hoy están por encima de eso, son más grandes y poderosos. Por otro lado, Venezuela tiene la segunda ruta de cocaína más grande que tiene la salida de Colombia. La primera ruta es por la costa pacífica nariñense-caucana, lo que se llama el arco del caribe. De Venezuela sacan toda esa cocaína vía aérea hasta República Dominicana, Haití y de México a Estados Unidos. Por ese motivo todos esos grupos están peleando esa frontera, porque por ahí sacan la segunda mayor cantidad de cocaína del país.

VISIÓN: ¿Cómo ve usted la relación del mandatario electo con la Fuerzas Militares y de Policía? ¿Cuáles son los retos más importantes que tendrá? ¿Cómo interpretan estas fuerzas la llegada de un exguerrillero al poder?

N.R.: Creo que es la relación más difícil que va a tener con cualquier cartera de los ministerios que va a tener a su mando, porque las fuerzas militares colombianas todavía están muy ideologizadas, se sienten de derecha y creen que representan a los ciudadanos de la derecha, no a todos.

Tienen este pensamiento que viene de la época de la Guerra fría y piensan en esa lógica de amigo enemigo el que no está conmigo está contra mí, ese es un factor. El segundo es que Petro ha sido de los grandes críticos que les han sacado grandes investigaciones en materia de corrupción y violaciones a los derechos humanos. Además, el hecho de que haya sido guerrillero lo convierte en el enemigo.

Hace poco salió una denuncia de Noticias Uno donde hablaba un abogado del ministerio de Defensa con varios grupos de militares en retiro y estaban haciendo una estrategia para que el tema de seguridad se viera afectado. Mencionaban sobre la posibilidad de hacer acciones de tutela masivas, hacer un plan tortuga, generar como una especie de sabotaje entre la fuerza para que Petro no pudiera gobernar y avanzar en materia de seguridad.

El comandante del ejército actual tuvo un enfrentamiento muy duro con él presidente electo y ya se va a ir. Muchos mandos han pedido la salida. Hay otro aspecto relevante y es el tema de inteligencia dentro de la fuerza pública. Hace poco renunciaron cuarenta y dos oficiales de diferentes fuerzas y es porque la inteligencia también se manejó como una policía política en contra de líderes de oposición de izquierda y de periodistas etcétera. Nunca pudimos ver todo, pero era un perfilamiento ilegal y en contra del Sistema Interamericano de Derechos Humanos.

Finalmente, esta investigación la pudieron tapar y eclipsar, pero con la llegada de Gustavo Petro que siempre ha sido chuzado, perseguido y vigilando, obviamente lo primero que va a hacer es empezar a buscar ahí qué es lo que investigaban en materia de inteligencia.

Lo otro segundo es que él ha dicho que la Policía hay que sacarla del Ministerio de Defensa Nacional, y pasarla al Ministerio del Interior o crear un Ministerio de Seguridad. Dentro de la Policía eso está mal visto para los generales, ellos dicen que quieren quedarse en defensa. Hacer esas transformaciones le va a costar lágrimas de sangre a Petro porque las fuerzas militares no van a querer hacer cambios en esos temas tan delicados para el país.

VISIÓN: ¿Cree que es posible un sometimiento de los grupos narco paramilitares como el clan del Golfo en este nuevo gobierno?

N.R.: Petro ha dicho que va a intentar generar una política de sometimiento a la justicia propiciando unos incentivos para que haya una desmovilización, porque no va haber un proceso de paz, sino que se van a acoger a la ley vigente porque no tiene un carácter ni un estatus político, sino de delincuencia común.

Entonces lo que generan son incentivos jurídicos para la entrega y reinserción, pero yo creo que va a ser difícil por una sencilla razón porque los que están ahí no tienen una lógica ni una afinidad política con Gustavo Petro porque sea de izquierda. Los que están ahí están interesados en dinero o sea lo que hemos dicho es que independiente de quién ganara Colombia, si era Federico Gutiérrez o Petro, la violencia de las disidencias no va a parar. La base de estos grupos son esos portafolios de economía ilegal y no les interesa que haya una presidente izquierda, derecha o de centro, porque desde que les funcione el negocio pues ellos siguen sosteniendo las guerras con quien sea. Entonces yo creo que va a avanzar en un tema de negociación con el ELN y con la clase vieja ideológica y política, pero esas bases que ya están vinculadas al tema narcotráfico no van a hacer ningún tipo de acuerdo masivo con el Gobierno de Petro.

VISIÓN: Algunos analistas han dicho que Petro se verá obligado a moderar sus aspiraciones y decepcionará a sus electores para lograr gobernabilidad. ¿Cuál es su opinión acerca de este concepto?

N.R.: Estoy de acuerdo con esa lectura porque va a defraudar a muchos de sus propias tropas porque no van a llegar los cambios que ellos esperaban tan radicales, profundos y sobre todo tan rápidos. También va a tener una posición férrea dura en contra porque lo va a estar atacando 24/7 porque cada reforma que haga van a decir que nos está llevando rumbo a ser Venezuela.

Entonces creo que va a estar en ese “sándwich” tendrá mucho fuego amigo, de sus propios cercanos se le van a ir en contra seguramente en el camino, como le pasó cuando fue alcalde de Bogotá.

Al final todos van a salir muy descontentos, eso es lo normal en la política, o sea el desgaste de un presidente en cuatro años es muy grande. Desde las alas de la derecha lo van a seguir satanizando, pero desde la izquierda que hoy lo idolatran seguro lo van a terminar atacando.

Pero bueno vamos a ver las reformas. Finalmente son cuatro años, vamos a ver qué reformas puede hacer. Lo que al colombiano de a pie más le preocupa son dos temas fundamentales: la economía, porque el tema de la inflación ha hecho que los colombianos compren menos comida con el mismo dinero, y eso sí está afectando a la gente en las calles, y lo segundo la seguridad ciudadana, que preocupa también al colombiano que lo apuñalen por robarle un celular o una billetera.

La gente quiere ver resultados inmediatos en esos dos temas. Cómo una puede tener algo de una mejor calidad de vida mejorar, la seguridad y de ahí en adelante se esperan otras reformas en otros temas como la salud, la educación superior, que los jóvenes puedan acceder a las universidades de forma gratuita como lo hacen en Argentina o en Brasil, entonces esos cambios van a ser digamos en el camino. La gente quiere dos cambios en economía y salud muy rápido.

Author

Natalia Salamanca

Comunicadora social y periodista, con experiencia en reportería para prensa, desarrollo de entrevistas, elaboración de notas de política, salud y temas culturales. Natalia se especializa en la redacción de artículos para páginas web, actualización de noticias y apoyo en la consecución de contactos a nivel de América Latina.