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Argentina, encerrada en una perpetua crisis

Argentina ha estado sumergida por años en una inestable economía debido a causas políticas y sociales internas que no le han permitido salir de la crisis. Sin embargo, la invasión de Rusia a Ucrania, al igual que en el resto del mundo, ha tenido un fuerte impacto sobre esta nación sudamericana.

Entre los últimos acontecimientos está la renuncia del ministro de economía del presidente Alberto Fernández, Martín Guzmán, la cual trajo inestabilidad política al gobierno. En entrevista con la revista VISIÓN Daniel Parodi, historiador y analista internacional, afirmó: “La inflación general provocada por la invasión de Rusia a Ucrania hizo colapsar la refinanciación con el FMI, que laboriosamente había logrado Guzmán, quien se aprobó a inicios de año en su cargo, casi en simultáneo con el estallido del conflicto bélico. Mala suerte”.

Lo que sucedió es que ante el efecto mundial de la guerra Argentina no pudo cumplir con las obligaciones que había adquirido con los organismos de financiamiento internacional. El analista considera que “Con la “Inflación Rusa” no solo no se cumplieron los compromisos financieros, sino que la inflación local se disparó a 65%. Al final cae Guzmán y Cristina Fernández, quien controla los hilos del gobierno peronista de cara a la campaña electoral 2023, se perfila como la mejor carta de la continuidad”.

“Lo que sucede en Argentina es el resultado de un manejo populista e irresponsable de la política económica combinado con la semi imposibilidad de aplicar severísimas políticas de ajuste”, afirma Parodi. Esta sería la razón principal por la que el país gaucho no está en condiciones de superar sus problemas económicos.

VISIÓN: ¿Por qué está ocurriendo esta crisis política y económica en Argentina?

Daniel Parodi: Creo que habría que tratarlas por separado, la crisis política es nueva y coyuntural, es una de tantas. El problema económico argentino tiene casi 50 años y se origina como resultado del embargo del petróleo por parte de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) en 1973. Esta situación obligó a toda América Latina a endeudarse con altísimos intereses con el sistema financiero internacional, e hizo estallar el modelo desarrollista Cepalino emprendido desde los años cincuenta. Luego, como resultado de este endeudamiento, en la década de los ochenta vino la moratoria, el déficit fiscal, la devaluación de la moneda y la inflación para toda la región, incapaz de enfrentar los intereses de la deuda externa y las leoninas recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), esa fue la llamada Década Perdida.

En los noventa, durante el aluvión neoliberal, a la mayoría de nuestros países se les presentó, de grado o de fuerza, la oportunidad de sanear sus economías con políticas basadas en el Consenso de Washington y el Plan Brady, los que implicaron la reducción del tamaño del Estado, del gasto público, de las subvenciones y de las políticas sociales, y el shock económico que consistía en disparar de golpe la inflación para sincerar los precios conforme a su valor real y así estabilizar la economía.

Estas medidas fueron muy dolorosas. Yo las viví en Perú donde se aplicaron de manera ortodoxa, pero dieron resultado. Yo no soy un neoliberal a ultranza. No creo que estas políticas sean siempre lo adecuado, ni tampoco creo que haya que dejar continuamente a las fuerzas económicas libradas al mercado.

Así como en Chile, los excesos del modelo neoliberal generaron tal cuello de botella en la sociedad que precipitaron su estallido. En este caso, una nueva Carta Constitucional y el gobierno del Centro Izquierdista Gabriel Boric, quien ya adoptó las primeras medidas económicas de corte redistributivo como, por ejemplo; gravar con el 1% a los más ricos y a las sobreganancias mineras, parecen esbozar un camino de la solución al problema. Yo creo que la economía necesita a veces a Adam Smith, a veces a John Maynard Keynes, a veces a una combinación de ambos, pero nunca a Carlos Marx.

VISIÓN: ¿Cuál es la razón por la que Argentina ha permanecido en inestabilidad económica por años?

D.P.: Aquí termino de responderte también la pregunta anterior. Durante la década de Carlos Saúl Menen en el gobierno argentino (1989 – 1999) sí se aplicaron las recetas neoliberales de la época, se vendieron empresas públicas, redujeron el tamaño del Estado y el gasto público y se logró controlar la inflación, pero no fue suficiente. Al final de la gestión de Menen, las cifras macroeconómicas estaban en rojo y la deuda externa ascendía a 145.000 millones de dólares.

¿Cómo explicar este resultado tras todo el esfuerzo realizado? Aquí entran a tallar factores políticos y sociales que tienen que ver con la historia y el temperamento de la Argentina. Los argentinos guardan, en la memoria colectiva, el recuerdo de haber sido un país muy pero muy rico, con un Producto Interno Bruto (PBI) como el de Alemania o Francia a inicios del siglo XX, que construyó ciudades impresionantes, no solo como la gran Buenos Aires, si no Santa Fe, Córdoba etc.

Además, esta nación cuenta con un movimiento sindical fuerte, bullanguero, movilizable y dispuesto a defender sus derechos. Me parece que todo presidente del país rioplatense sabe que hay líneas que definitivamente no puede cruzar porque la gente se le levanta. Por eso, aunque las medidas que se tomaron fueron severas, no alcanzaron a ser las que necesitaba la economía para terminar de equilibrarse.

En el Perú, los primeros días de agosto de 1990, salió el primer ministro Juan Carlos Hurtado Miller, en un célebre mensaje a la nación, a anunciarnos que al día siguiente todo costaría entre 5 a 10 veces más, cerró diciendo “Qué Dios nos ayude”. Todos estábamos con un nudo en la garganta. Pero como veníamos de la hiperinflación del expresidente Alan García, en el fondo era claro que había que pasar por algo así, por tanto, libramos la crisis, y bueno, al final la vencimos.

Argentina, durante la década dorada latinoamericana (2001 – 2011) debido al boom industrial chino, no supo aprovechar la oportunidad. ¿Qué hizo Néstor Kirchner? Por un lado, pagó la deuda externa, acumuló reservas, todo bien hasta allí, pero, por el otro, se lanzó a un programa gigantesco de ampliación de las coberturas sociales y de apuesta enorme por la industrialización del país, en otras palabras, retomó con todas sus fuerzas el programa desarrollista previo a la Década Perdida.

No digo que ninguna de ambas políticas esté mal por definición. Por ejemplo, en Perú y Chile, respecto de las coberturas sociales del Estado, pecamos por defecto: teniendo los recursos, en Perú no mejoramos los servicios de educación y salud, y en Chile los pusieron económicamente fuera del alcance de la gente. Por ello, en ambos países, son deudas pendientes del Estado con la sociedad.

Pero lo que no calculó Argentina es algo que cualquier historiador de primer año sabe: que la economía es como olas, como una marea, sube y baja, va y viene. Esa ola China se iba a frenar algún día. Y el 2011 vino el frenazo y Argentina no tenía como sufragar tantas coberturas sociales, y de nuevo el déficit fiscal, la devaluación de la moneda, la inflación, la necesidad urgente de empréstitos y de aplicar severos ajustes económicos.

En líneas generales, lo que sucede en Argentina es el resultado de un manejo populista e irresponsable de la política económica combinado con la semi imposibilidad de aplicar severísimas políticas de ajuste. La suma de ambos factores te explica una crisis económica que ya cumplió 50 años y que no tiene la menor intención de irse.

VISIÓN: ¿A qué se deben las actitudes del presidente Alberto Fernández de aislarse en ocasiones en su despacho y no querer atender a nadie? ¿Cuáles son los errores que cometió el presidente argentino junto con su exministro de economía Martín Guzmán?

D.P.: Yo creo que tanto Alberto Fernández como su ministro fueron derrotados por Vladimir Putin, más que por Cristina Fernández, Horacio Larreta o Javier Milei. La inflación general provocada por la invasión de Rusia a Ucrania hizo colapsar la refinanciación con el FMI que laboriosamente había logrado el titular de economía Martín Guzmán, el que se aprobó a inicios de año, casi en simultáneo con el estallido del conflicto bélico. Mala suerte.

Se trataba de una enorme deuda contraída por el antecesor de Fernández, Mauricio Macri, cuyos plazos debían extenderse, así como renegociarse sus intereses para mantener el barco a flote, acumular reservas en positivo e ir cerrando la brecha fiscal. Con la “inflación rusa”, no solo nada de eso se cumplió, sino que la inflación local se disparó a 65%. Al final cae Guzmán y Cristina Fernández controla los hilos del gobierno peronista de cara a la campaña electoral 2023, donde aparece como la mejor carta de la continuidad. De allí el aislamiento de Alberto Fernández.

VISIÓN: ¿Esta nueva ministra de economía traerá un cambio a la situación actual de Argentina?

D.P.: Cuando se nombró a Silvina Batakis se sabía que era cercana a Cristina Fernández. Además, en su primera entrevista declaró que el incremento de salarios no aumentaba la inflación, por lo que se esperaba que adoptase medidas de corte populista porque estas se asociarían con la figura de Cristina y favorecerían su candidatura presidencial.

El 23 de julio, Batakis aterrizaba en Georgia, Estados Unidos, para negociar con el FMI una salida a la dramática situación económica que viven los argentinos.

El invierno es crudo, y el gas para calentar los hogares o es escaso, o muy caro para poderlo adquirir. Lo mismo sucede con los alimentos y productos de primera necesidad, la inflación es imparable. De esta manera, lo único que parece traer Batakis es la sensatez de reconocer el duro trance de la economía de su país y pedir ampliar los plazos al Fondo, pues dada la delicada situación económica internacional, así podrá darle un respiro a la situación interna.

VISIÓN: ¿Cuál es la responsabilidad de la vicepresidenta Cristina Fernández en esta difícil situación?

D.P.: En la crisis económica actual la podría tener en el largo plazo por haber continuado las políticas de expansión desmedida de las coberturas estatales iniciada por su esposo Néstor, durante su gobierno (2007 – 2015).

Ahora bien, en la actualidad, encuentro también responsabilidad en el anterior gobierno de Mauricio Macri quien levantó un préstamo de 44.000 millones de dólares al FMI, que lo gastó rápidamente y prácticamente se lo endosó a su sucesor, Alberto Fernández. Este empréstito, como hemos visto líneas arriba, ha condicionado negativamente toda su gestión presidencial, motivó la renegociación urgente de Guzmán y, en lo coyuntural, explica la situación actual.

VISIÓN: ¿Cuál será el papel del presidente Fernández en los que queda de su mandato en Argentina?

D.P.: Él aún figura en las encuestas, aunque no en los primeros lugares. Creo que lo prudente es esperar sus próximos movimientos luego de la derrota política que acaba de sufrir. Ojo que los políticos son especialistas en rehacerse y yo tengo la percepción de que Alberto Fernández ha encabezado una gestión presidencial sensata, lejos de la tentación populista.

Esta característica podría darle algún margen de maniobra en el futuro. Por otro lado, todo parece indicar que los próximos meses la economía del país se seguirá deteriorando con lo que es probable, también, que ese pasivo político prolongue el perfil bajo que viene mostrando hasta ahora. Ya veremos.

VISIÓN: ¿Es posible que Argentina salga de esa crisis económica en la que ha permanecido por años? Tendría que adoptar medidas económicas de ajuste muy radicales, que ni su sociedad, ni su clase política, aún la más conservadora, están dispuestas a adoptar, por eso la llevan a cuestas cincuenta años.

VISIÓN: ¿Cómo es la situación económica de la ciudadanía en esta crisis?

D.P.: Yo fui a Buenos Aires el año 87 por primera vez, era una ciudad reluciente, era una experiencia caminar Corrientes, “la avenida que nunca duerme” por las noches, hoy es una ciudad pobre, con un halo a marginalidad por las noches.

Antes había un circuito de turismo vitivinícola brasilero a Baires que se ha reemplazado por Santiago de Chile, ese es un indicador de lo que pasa. Lo cierto es que la pobreza en Argentina crece a pasos agigantados, 37.7% de la población urbana es pobre, más del 8% es indigente. En Argentina hay mucha gente en el umbral del hambre.

Y se trata de un país que fue tan rico como Alemania alguna vez, no es justo, como tampoco es justo que haya tanta corrupción, que es un número que no aparece representado en las estadísticas macroeconómicas pero que, si de algo es digno, es de tenerse en cuenta.

VISIÓN: ¿Es posible que Cristina Fernández pueda ser elegida de nuevo como presidenta el año que viene?

D.P.: Lo veo difícil porque le será complicado desmarcarse de los malos resultados de un gobierno del cual, al final, ha sido vicepresidenta. Es cierto, que ella misma ha buscado desempeñar el rol de lideresa de la oposición dentro del gobierno, pero habría que ver si le alcanza y cómo lo valora la mayoría de los argentinos.

En las encuestas aparecen varios candidatos, Horacio Larreta, el gobernador de Buenos Aires, que hasta ahora parece ser el candidato opositor con más probabilidades, Javier Milei, candidato de las derechas conservadoras que han proliferado por todo el mundo, el propio Mauricio Macri y hasta Alberto Fernández. Me parece que antes de la dispersión se formarán alianzas entre precandidatos que vienen de las mismas canteras, cuando esto suceda tendremos más claro el panorama. En todo caso, no descartaría de plano a Cristina, de ninguna manera.

VISIÓN: Algunos analistas han dicho que Argentina va en un rumbo acelerado a convertirse en la segunda Venezuela ¿Cuál es su opinión acerca de este punto de vista?

D.P.: En Argentina, a pesar de todos los errores que hayan podido cometerse en materia económica, no hay un Hugo Chávez, ni un Nicolás Maduro, así que no creo que una cosa así llegue a suceder.

Author

Natalia Salamanca

Comunicadora social y periodista, con experiencia en reportería para prensa, desarrollo de entrevistas, elaboración de notas de política, salud y temas culturales. Natalia se especializa en la redacción de artículos para páginas web, actualización de noticias y apoyo en la consecución de contactos a nivel de América Latina.