Juan Guillermo More Ruiz: De la desgracia a la redención

Juan Guillermo More Ruiz fue un marino peruano que tuvo una controversial participación en la guerra con Chile. Era un brillante comandante, pero cometió un gravísimo error por el cual el Perú quedó en gran desventaja frente a su enemigo, siendo para muchos el culpable de la pérdida de la guerra.

Biografía

Nació en Lima el 27 de febrero de 1836, en el hogar formado por John More y Dolores Ruiz.

Inició su carrera naval en Inglaterra, como aspirante de marina en la Armada de ese país, regresando al Perú a servir en la fragata “Apurímac”. En 1855 ascendió a Alférez de Fragata y pasó a servir en los buques “Izcuchaca”, “Huaraz” y “Guise”. A bordo del primero concurrió al bloqueo de Guayaquil durante la campaña del Ecuador en 1859.

También formó parte de la comisión que traería al Perú los monitores “Manco Cápac” y “Atahualpa”, desde los Estados Unidos, en 1869. Fue Capitán del puerto del Callao en 1872, y luego dirigió, como Capitán de Navío, la División Naval de Operaciones, comandando la cañonera “Pilcomayo”, que con la corbeta “Unión” y la fragata “Independencia” combatió el 28 de mayo de 1877, víspera del combate de Pacocha, contra el monitor “Huáscar”, sublevado por Nicolás de Piérola contra el entonces presidente Mariano I. Prado.

Era uno de los más destacados comandantes de la marina peruana al estallar la Guerra del Pacífico. Específicamente hasta el fatídico 21 de mayo de 1879, cuando salió en persecución de la goleta chilena Covadonga y encalló su buque, el mejor buque del Perú, el Blindado Independencia.

Combate Naval de Iquique y Combate de Punta gruesa

La mañana de la batalla la cañonera Covadonga, que hacía guardia en el norte de la bahía, avistó a tempranas horas los humos de dos naves que se acercaban al puerto.

El Combate Naval de Iquique se desarrolló en la rada de ese puerto, donde inicialmente combatieron los buques peruanos blindado "Huáscar" y fragata blindada "Independencia", contra los buques chilenos corbeta "Esmeralda" y goleta cañonera “Covadonga", que se encontraban manteniendo el bloqueo de ese puerto. Transcurrida una hora de combate, el "Huáscar" se dedicó a combatir con la "Esmeralda" y la "Independencia" se dirigió sobre la “Covadonga”.

Al verse en inferioridad de condiciones de combate, la Covadonga emprende la huida. Su comandante, Carlos Condell, decidió salir de la bahía, bordeando los arrecifes de la costa, con rumbo al sur. La cañonera, notablemente manejada por Condell, orilló la isla que cierra la bahía pasando muy cerca de ella y buscando bajos fondos, soportando en todo momento un nutrido, aunque errado, fuego de artillería enemiga.

Decisión Fatídica

Hasta el día de hoy se discute porqué More centró su esfuerzo exclusivamente en el empleo táctico del espolón de su unidad. Quizá la adrenalina del combate y la exasperación por la desastrosa puntería de los servidores de la artillería hicieron que More tomará la fatídica decisión de acabar pronto con el combate, utilizando para ello el espolón. Tres veces trató de espolonear la Independencia a la cañonera.

El comandante Condell, conocedor de la zona, decidió pasar sobre los bajos, tocando ligeramente con la quilla de su nave, rechinando el casco y estremeciéndose, a pesar de su poco calado. Inmediatamente el comandante chileno comprendió que su enemigo, de mucho mayor calado, no pasaría por las rocas y que indefectiblemente se vararía, exclamando festivamente “¡Aquí se fregaron!”, ordenando instantáneamente caer a estribor y virar hacia atrás.

La "Independencia", sin comprender ese movimiento que la acercaba más al enemigo, siguió exactamente el peligroso derrotero que la “Covadonga” acababa de salvar, y al hacerlo, chocó con gran violencia en las rocas sumergidas, montándose sobre éstas, quedando tendida de costado con su quilla destrozada, con grandes vías de agua en el casco que la inundaron rápidamente. Al sentir el violento impacto, la tripulación de la fragata peruana que iba tendida sobre el estómago, en espera de acertar el espolonazo sobre la goleta chilena, se puso rápidamente de pie y gritó “¡Viva el Perú!”, creyendo que era la “Covadonga” la que había sufrido el golpe del ariete. La fragata peruana encalló en una roca que, según More, no figuraba en las cartas de navegación.

Condell viró entonces su buque disparando sobre la fragata hasta conseguir que arriara el pabellón y levantara la bandera de parlamento. El brillante triunfo obtenido por la vieja y débil goleta cañonera “Covadonga” fue un golpe que la Marina del Perú no pudo superar jamás en el transcurso de la Guerra del Pacífico.

Hay quienes atribuyen la tragedia de More a la forma improvisada como manejó la guerra el Perú. El deplorable alistamiento de a bordo era el fiel reflejo de los requerimientos desatendidos por años, al extremo de que la “Independencia", sin otra alternativa, se había hecho a la mar con entrenamiento nulo de su tripulación. Quizá esta haya sido una de las causas, pero no exime al comandante More de su extrema torpeza al tratar de hundir el buque enemigo.

Perdida la "Independencia", el Gobierno peruano hizo de More el chivo expiatorio que necesitaba para atenuar ante la opinión pública los señalamientos por la nula preparación de la fuerza pública para la defensa nacional que, a medida que avanzaba la guerra, se hacían escandalosamente más evidentes.

Redención

Luego del combate More fue trasladado hasta Arica, donde fue llevado a juicio marcial y puesto preso. Se le privó de volver a vestir uniforme, lo cual le dejó profundamente afectado. Era un muerto en vida, su único fin era redimirse con su patria y tuvo la oportunidad el 7 de junio de 1880 en la defensa de Arica.

More fue embarcado con la tripulación sobreviviente en el transporte "Chalaco" y desembarcado en Iquique donde luego, bajo las órdenes del general Juan Buendía, fue enviado por tierra a Arica para colaborar en la defensa de esta ciudad, mientras que su tripulación sobreviviente era llevada en el transporte Chalaco hacía el mismo destino. El capitán More decidió pagar con su vida la vergüenza de haber perdido absurdamente su nave. Estando vestido de civil, recibió la orden del coronel Bolognesi, jefe de la plaza, de defender las baterías del Morro y demostró todo el valor y patriotismo que la historia le había negado. Cae muerto, atravesado por una descarga enemiga.

Tenía 44 años de edad.

Fuente Imagen: Marina de Guerra del Perú

Author

Samuel Mémoli

Periodista, creador de contenidos editoriales y corresponsal de prensa.