La destacada artista argentina compartió su trayectoria en el mundo del arte, desde sus inicios en su país natal hasta su establecimiento en Chicago, Estados Unidos, donde explicó cómo desarrolló su propio estilo, sus influencias y su proceso de trabajo, destacando la importancia de compartir el arte con la comunidad.

VISIÓN: ¿Cómo descubrió su talento para el arte?

Melina Scotte: Me gustaba el arte desde que era niña, como a la mayoría de los niños que disfrutan dibujar y pintar. Dibujar con algunos materiales simples, como lápices de colores, fue parte de mi día a día. No tenía muchos, pero con unos pocos trabajaba. Siempre me gustó hacerlo, pero nunca pensé que existía una carrera para hacer arte y que se podía vivir de él.

VISIÓN: ¿Cómo fue el entorno familiar en tu niñez que te llevó a inclinarte por la pintura?

M.S.: Mi gusto por el arte no viene de familia, aunque a mi mamá le gusta mucho. No creo que haya intentado pintar nunca. Simplemente es algo que algunas personas tenemos: apreciar la belleza de alguna forma, y cada niño lo expresa de distintas maneras. En mi caso particular, era pintando. Creo que la mayoría descubre que tiene más facilidad para ciertas cosas, como los legos, donde uno puede crear y edificar cosas; otros se inclinan más por los textiles. En general, eso viene con cada persona, ese talento especial. La mayoría tiene algún punto fuerte. En mi caso, fue muy bueno que mi madre siempre pudo proveerme de materiales para seguir practicando.

VISIÓN: ¿Cómo ha sido tu trayectoria en el arte?

M.S.: Siempre me gustó el arte y fue algo natural en mí, pero el proceso realmente comenzó cuando empecé la escuela secundaria y se confirmó en mi vida adulta. Nunca tuve la oportunidad de conocer a alguien que viviera del arte. La mayoría de las personas que conocía en relación al arte eran, tal vez, profesores. Viniendo de un continente como Sudamérica, donde hay mucho arte, creo que no es algo tan visible en las escuelas. Traté de ir a la universidad, pero como la carrera era bastante cara y no tenía suficiente dinero, asistí unos meses y nunca terminé.

Así que comencé a hacer arte en mi casa, practicando y experimentando sola, trabajando con diferentes materiales. Al llegar aquí a Chicago, seguí haciéndolo. Traté de empezar, aunque no tuviese necesariamente ningún background, sino como una persona autodidacta tratando de compartir los conocimientos que tenía. Así inicié pintando y compartiendo mis obras en ferias, galerías y también dando charlas sobre cómo hacía murales y sobre el crecimiento gradual de mi carrera artística.

VISIÓN: ¿Cómo ha sido la acogida de la gente ante las exposiciones que has hecho?

M.S.: Estoy muy agradecida, porque he descubierto que hay mucha gente a la que le gusta el arte. Los artistas tienen que empezar desde algún punto y compartir lo que hacen para poder encontrar al grupo de personas que comparten su manera de ver el arte. Hoy en día, mi grupo es bastante amplio. El arte se puede hacer en casa, pero si nunca se toma la decisión de compartirlo con los demás, no se sabe cuánta acogida puede tener.

En mi caso, siempre pinté disfrutando de mis pinturas, pero no pensando honestamente en que las podía poner en común y ver cuál sería el resultado. Al tratar de vivir haciendo lo que me gusta, he descubierto poco a poco a un montón de gente a la que le gusta mi trabajo. Ellos mismos me han traído nuevas oportunidades para seguir haciendo murales aquí en Chicago y muchos más trabajos.

VISIÓN: ¿Qué pintores han influenciado tu vida? ¿Cómo lograste definir tu estilo artístico?

M.S.: En mi caso, lo que más me inspira son los colores, la gente y los retratos. Mi trabajo no está basado en la copia de personas, sino que surge de mi imaginación; la mayoría de mis pinturas son así. Pero definitivamente admiro a artistas como Vincent Van Gogh y Gustav Klimt. También trato de aprender dentro de lo que puedo por mí misma. No copio exactamente cosas, pero creo que ver el trabajo de otros artistas que admiro me ayuda a desarrollar mi talento y tiene cierta influencia en mi arte.

VISIÓN: ¿Qué traes de Argentina en tu estilo y qué cosas estás complementando ahora que estás en Chicago?

M.S.: Creo que, para la mayoría de los artistas, el arte es una forma de expresar lo que viven, y mis experiencias en Argentina, cómo fui acogida en La Rioja y en varios lugares que conocí de mi país, todo eso influye en mi manera de expresarme.

Me encanta hacer retratos de diversas nacionalidades, disfruto muchísimo de los distintos gestos, expresiones y las fisiologías de las personas. Al venir aquí a Chicago, disfruto de lo mismo, pero en un país desconocido, con personas de otras nacionalidades, y ver este gran grupo de gente influye mucho en cómo me expreso.

Me gusta pintar mujeres, con rostros diferentes, bien definidos, de acuerdo con lo que he visto y lo que me ha parecido bello.

VISIÓN: ¿Cómo es vivir del arte actualmente y cómo es tu participación en las redes sociales?

M.S.: Agradezco el apoyo de mi esposo, pues él me influenció mucho para tomar la decisión de que, si quería vivir del arte, tenía que empezar en algún punto.

Lo que es un poco difícil a veces para los artistas es saber cuándo estás preparado. No hay nadie que te diga si ya estás listo; simplemente tienes que lanzarte y dar pequeños pasos. Porque uno puede hacer arte para sí mismo y guardarlo en casa, pero compartir el arte es una inspiración que te hace crecer como artista y beneficia a otros que lo aprecian.

Para mí, ese fue un punto especial. La verdad es que no sabía por dónde empezar, y lo primero que hice fue aprovechar los medios de comunicación para buscar ferias de arte, eventos, incluso pedí oportunidades a gente que quisiera que pintara las paredes de su casa. No siempre recibía una remuneración por lo que hacía, pero empecé a exponer mi arte porque sabía que, de alguna forma, la gente me vería trabajando, y si les gustaba mi estilo, me brindarían la oportunidad de hacerlo y recibir un pago por ello.

Estando en Argentina, no pensaba en eso. Creía que uno solo tenía que graduarse de una Escuela de Arte para obtener empleo. Es cierto que es fundamental educarse, pero también creo que el arte es una forma viva de expresar lo que vives cada día, y eso a veces no lo enseña la escuela.

Uno puede aprender técnica en la educación, pero en la vida como artista, tiene que saber hacia dónde va, definir cuál va a ser su estilo, qué es lo que le gusta, y no siempre va a hacer lo que el público aprecie. Pero de alguna forma, es importante que uno mismo valore su pintura, se atreva e intente. En mi caso no fue fácil, debo decir que lo intenté mucho y han pasado varios años. Empecé en 2017 aquí en Chicago, asistiendo a todos los eventos relacionados con el arte y aplicando varias veces. Poco a poco he visto el progreso en ese aspecto, pero también me ha dejado muchas oportunidades para seguir haciendo mi arte ahora.

En muchos de los murales, por ejemplo, no necesariamente trabajo haciendo lo que los dueños de los locales esperan. Ellos me dan el espacio para poder ofrecer mi arte libremente.

VISIÓN: Cuéntanos acerca de tu primera obra que consideraste buena.

M.S.: Cuando tenía 16 años hice una pintura que fue un paso dentro de mí, cuando dije: "Yo sé que quiero ser artista", aunque no creo que fuera especialmente buena. En esa época había un pequeño concurso en la ciudad donde vivía, y la idea era hacer algo que representara los derechos humanos. Después de pintar ese cuadro, supe que lo que quería era pintar.

Me ha tomado mucho tiempo, porque han pasado muchos años, pero debo decir que he hecho bastantes trabajos que me han gustado y siento que han tenido lo mejor de mí. Sin embargo, cada trabajo que hago es especial.

Es como cuando tienes plantas en el jardín; cada una es diferente, todas las flores son bellas y te hacen feliz. En ese aspecto, creo que me gustan, por ejemplo, los colores y los pequeños diseños, las líneas y los puntos. Hay trabajos que, cuando los vuelvo a ver, puedo recordar exactamente el momento en que los "gritaba pintando lo que sentía". Así que la conexión es muy importante para mí y lo que siento en el momento en que estoy pintando.

Hay uno que se llama “Sleeping Between Colors” , que es la representación de la paz y la tranquilidad, pero también es algo medio abstracto con colores.

VISIÓN: ¿Qué quiere transmitir a través de sus obras?

M.S.: Son mis emociones expresadas a través de esos rostros. Tienen mucho que ver con cómo me siento en el momento en el que estoy pintando. Mis trabajos, como cuando hago ilustraciones (he hecho ilustración para libros), me hacen pensar más en el concepto de lo que estoy haciendo, o si estoy haciendo un mural. Pero cuando tengo tiempo para simplemente pintar mis propios trabajos, me relajo e inspiro en lo que pinto.

Los rostros son algo que me nace naturalmente pintar, especialmente mujeres y rostros. La idea es que cada persona que vea un rostro pueda tener su propia interpretación de lo que ve. Yo, como artista, puedo pintar algo, pero creo que cada persona tiene un sentimiento diferente al observar el arte, y eso es lo que lo hace hermoso. El arte se puede transmitir a lo largo de generaciones, y alguien siempre va a verlo y sentir algo diferente.

El objetivo de compartir el arte es que los clientes y las personas que compren mis obras sientan, cada vez que las vean, lo mismo que sintieron la primera vez que contemplaron uno de mis cuadros.

VISIÓN: ¿Cuáles son las técnicas que utilizas para pintar?

M.S.: Pinto todos los días, aunque sea solo un ratito. Siempre me hago el tiempo para sentarme y trabajar en algo. A veces hago pequeños trabajos en acuarela, ilustraciones o sketches, pero también tengo momentos en los que me dedico todo el día a pintar, y en esos momentos la música clásica tiene mucho que ver con mi inspiración.

Obviamente, los materiales son importantes. Yo trabajo con acrílico, óleo y pasteles. Cada uno de ellos tiene características específicas en cuanto a las posibilidades que ofrece. El acrílico, que se seca tan rápido, era un material que no solía usar frecuentemente antes de venir aquí a Chicago. Sin embargo, cuando empecé a experimentarlo, me di cuenta de que al secarse tan rápido, te da la oportunidad de trabajar en capas (layers), una encima de otra, y de empezar y terminar una obra con mayor fluidez, simplemente dejándote llevar por la inspiración. En contraste, el óleo tarda muchísimo en secarse, así que uno tiene que planear bien lo que hace, pero tiene otras ventajas. Cada material tiene su propia relación con la implicación creativa que brinda.

VISIÓN: Usted mencionó: “Creo que la sociedad expresa cambios en relación con lo que nos rodea, y lo que nos rodea afecta en lo que nos convertimos. Si las personas se rodean de belleza y armonía, nosotros, como sociedad, estaremos más inclinados a ser amables unos con otros”. ¿Podría profundizar en eso?

M.S.: Creo mucho en la belleza, que tiene un factor muy importante en nosotros. Todos podemos apreciar la belleza en algo. En mi caso, esa fue una de las razones por las que empecé a hacer arte cuando tenía 16 años. No había dinero para comprar cuadros o decoraciones para la casa, y mi idea era sentirme rodeada de cosas bonitas. Así que comencé a pintar mis propias obras y llenaba las paredes de dibujos y pinturas, como hacen muchos niños que se rodean de arte.

Cuando vine a Chicago, también pinté, y con el tiempo tuve la oportunidad de hacer murales. No tenía en mente hacer murales, pero de repente me di cuenta de su poder. Hay muchas personas que no tienen tiempo para ir a galerías o exposiciones y rodearse de arte.

El arte tiene un poder especial para influir en la gente, expresar algo y hacer que se sientan identificados con lo que ven. Las cosas bellas impactan y nos dan un sentimiento de tranquilidad, y eso nos ayuda a comunicarnos mejor con los demás. Rodearme de naturaleza o de cosas bellas me hace sentir más tranquila conmigo misma y con la gente que me rodea.

La idea de los murales es embellecer los espacios para que la gente pueda sentir el beneficio de ver colores y de ser impactada por algo hermoso. Los murales pueden impactar a la comunidad. Cuando crecemos, recordamos ciertas áreas que eran muy bellas o algún mural que veíamos todos los días al pasar en el bus. Y creo que, en ese sentido, el arte impacta y nos hace mejores.

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