Ecuador irá a segunda vuelta el 13 de abril para elegir a su presidente

Ecuador se prepara para una segunda vuelta electoral el 13 de abril, luego de que ninguno de los candidatos alcanzara más del 50 por ciento de los votos o una ventaja de 10 puntos sobre su rival más cercano durante las elecciones de este domingo.

Según Diana Atamaint, presidenta del Consejo Nacional Electoral (CNE), la jornada electoral de este domingo en Ecuador concluyó con una participación de más del 83% y se desarrolló con total normalidad.

Con el 69.09% de las actas escrutadas a las 22 horas, el presidente de Ecuador y a la vez candidato presidencial Daniel Noboa, del Movimiento Acción Democrática Nacional (ADN), llevaba el 44.75% de los votos; mientras que su principal rival, Luisa González, del Movimiento Revolución Ciudadana (RC), obtenía el 43.83%. El resto de candidatos acumulaban menos del 5%, según los datos oficiales del Consejo Nacional Electoral (CNE).

¿Cómo ha sido este corto período de gobierno de Noboa?

Daniel Noboa, el actual presidente, asumió el cargo tras completar el periodo de Guillermo Lasso, quien renunció en mayo de 2023 en medio de una crisis política. Lasso convocó lo que en Ecuador se conoce como la "muerte cruzada", un mecanismo constitucional que permite disolver la Asamblea Nacional y convocar nuevas elecciones tanto para la Asamblea como para la presidencia. Así, Noboa asumió el cargo en noviembre de 2023 para completar el mandato de Lasso, pero ahora busca la reelección para un mandato completo de cuatro años.

Es importante destacar que Daniel Noboa asumió la presidencia de Ecuador con solo 35 años, convirtiéndose en uno de los líderes más jóvenes de la historia del país. Hoy, con 37 años y un año y cuatro meses de gestión, Noboa se postula para completar su mandato completo, luego de haber enfrentado una serie de desafíos durante su tiempo en el poder.

El presidente ha basado su campaña en una política de “mano dura” contra la delincuencia, un tema crucial para los ecuatorianos debido a la creciente violencia en las calles. Sin embargo, no todo ha sido sencillo para Noboa. Durante su mandato, enfrentó crisis como los cortes de energía que afectaron a millones de ecuatorianos, causando pérdidas económicas significativas. En su último trimestre de 2024, el gobierno decretó apagones de hasta 14 horas diarias debido a una sequía que, según las autoridades, fue la peor en décadas.

La situación empeoró cuando, a finales de 2024, se desató una crisis tras la desaparición y posterior asesinato de cuatro menores en Guayaquil a manos de la policía militar. Este hecho redujo la popularidad del presidente, que pasó del 52% en agosto al 36% a principios de 2025. A pesar de los obstáculos, Noboa ha mantenido su imagen como el líder que combate el crimen. En su discurso de cierre de campaña, afirmó: “Ecuador ya cambió y quiere seguir cambiando”. Aunque los crímenes han disminuido en términos generales, la violencia persiste con fuerza en ciudades como Guayaquil, donde los homicidios aumentaron significativamente en comparación con 2024.

La sombra del correísmo

Por su parte, Luisa González, de la Revolución Ciudadana (RC), se presenta como la principal alternativa de izquierda, buscando recuperar el terreno perdido por el correísmo en los últimos años. La candidata, quien se define como progresista, tiene una trayectoria política limitada, habiendo ocupado cargos en el Ministerio de Trabajo y en la Asamblea Nacional antes de asumir la presidencia de la RC.

González se enfrenta al reto de desvincularse de la figura de Rafael Correa, el expresidente que marcó el rumbo del país entre 2007 y 2017, aunque su sombra sigue siendo alargada. A pesar de las derrotas de la RC en los últimos comicios presidenciales, el partido sigue siendo una fuerza legislativa dominante, con 45 asambleístas. La candidata aspira a convertirse en la segunda mujer en llegar a la presidencia de Ecuador.

Su campaña se enfoca en enfrentar lo que ella considera “el autoritarismo” de Noboa, así como en presentar un plan de gobierno basado en una lucha contra el neoliberalismo, promoviendo la paz, la seguridad, el trabajo digno y la salud y educación gratuitas. De ganar, González se comprometió a recuperar el rol del Estado en la economía y la sociedad, superando la división política y social que ha marcado los últimos años en Ecuador.

Rafael Correa, quien gobernó Ecuador durante una década, dejó un legado complicado que sigue siendo fuente de controversia. Bajo su mandato, el país experimentó un crecimiento económico impulsado por los altos precios del petróleo, lo que permitió financiar ambiciosos programas de inversión pública, pero también incrementó la dependencia de las materias primas. Sin embargo, los beneficios fueron efímeros. Al final de su mandato, Correa dejó al país con un alto endeudamiento y una economía vulnerable a los vaivenes internacionales.

El correísmo, aunque ha sido visto por algunos como una etapa de bonanza económica, también es responsable de una serie de políticas que deterioraron las instituciones democráticas. La concentración de poder, la persecución política y la erosión de la independencia judicial marcaron los últimos años del gobierno de Correa. El "socialismo del siglo XXI" impulsado por Correa no solo impactó la estructura económica, sino que también instauró un modelo autoritario que desató la polarización social y política.

El impacto de las políticas de Trump en Ecuador

En medio de la contienda electoral, las políticas del presidente estadounidense Donald Trump siguen teniendo un impacto en América Latina, y Ecuador no es la excepción.

Uno de los aspectos más relevantes de la política exterior de Trump es su enfoque hacia la migración. Durante su nuevo mandato, implementó políticas estrictas para frenar la inmigración ilegal, lo que afectó a miles de ecuatorianos que buscaban cruzar hacia Estados Unidos debido a la grave crisis de violencia y económica que afecta al país suramericano.

Si la izquierda regresa al poder, Ecuador podría enfrentarse a un panorama incierto en términos de comercio y cooperación económica, con el riesgo de que las políticas proteccionistas regresen y afecten las exportaciones ecuatorianas. Las políticas de Trump, especialmente su enfoque hacia gobiernos de izquierda y su preferencia por alianzas con países más conservadores, podrían generar fricciones en la política exterior del Ecuador.

Un país dividido entre dos visiones opuestas

La polarización política en Ecuador es evidente. Por un lado, están los que ansían continuar con el modelo de cambio propuesto por Noboa, mientras que, por otro, están aquellos que prefieren el regreso a las políticas de Correa bajo el liderazgo de González.

Fuente Imagen: VOA

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VISIÓN, La Revista Latinoamericana

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