
Juan Orlando Hernández: De aliado de EEUU a perseguido criminalmente
Tegucigalpa. - La captura del ex presidente Juan Orlando Hernández Alvarado, puso fin a las especulaciones sobre el pedido de extradición por parte del gobierno de los Estados Unidos, tras una serie de acusaciones, de narcotraficantes condenados en la corte del Distrito Sur de Nueva York.
La aprensión de Hernández ocurrió en un momento que muy pocos se lo esperaban, apenas 18 días de haber dejado el poder del Estado, que gobernó con mano dura por ocho años consecutivos, tras imponerse en 2017 para un segundo mandato, mediante una reelección tildada como ilegal por sus opositores políticos y muchos señalamientos de fraude electoral.
Según la petición de extradición, Hernández Alvarado “participó en una conspiración violenta de narcotráfico, para recibir cargamentos de múltiples toneladas de cocaína enviadas a Honduras desde Colombia y Venezuela,” que tenían como destino final los Estados Unidos.
El ex mandatario fue detenido en la puerta de su casa de habitación sin resistencia, en una colonia de clase media alta en la capital hondureña y puesto a las órdenes de un “Juez Natural”, quién decidirá si la extradita o no al gobierno norteamericano, el próximo 16 de marzo.
De acuerdo con documentos filtrados a la prensa hondureña, el gobierno norteamericano acusa al ex jefe de Estado, de al menos tres delitos graves, “Cargo Uno: Conspiración para: (i) importar una sustancia controlada a los Estados Unidos desde un lugar fuera del mismo; Cargo Dos: Usar o portar armas de fuego, o ayudar e instigar al uso, el porte y la posesión de armas de fuego, a saber: ametralladoras y dispositivos destructivos, durante y en relación con, o poseer armas de fuego, incluidas las ametralladoras y los dispositivos destructivos, en apoyo de la conspiración de importación de narcóticos de la que se le acusa en el Cargo Uno; Cargo Tres: Conspiración para usar o portar armas de fuego, incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos, durante y en relación con, o poseer armas de fuego, incluyendo ametralladoras y dispositivos destructivos.”
Hernández, pasó de ser un gobierno “aliado” y “protegido” de Washington, a un incómodo socio regional, a quien los funcionarios norteamericanos evitaban por todos los medios. En febrero de 2021 el periódico estadounidense The Washington Post, informó que la administración del presidente Joe Biden emitió una nueva política interna que insta a los funcionarios a evitar tomarse fotos con el entonces jefe de Estado de Honduras.
Tras su salida del poder, el pasado siete de febrero el secretario de Estado Anthony Blinken, anunció en su cuenta de Twitter, que se le suspendía la visa por corrupción al expresidente y agregó, que “nadie está por encima de la ley”, una de las frases favoritas de Hernández.
Ese mismo día se informó mediante un comunicado, que el Departamento de Estado había incluido a Hernández en la “Lista de Actores Corruptos y Antidemocráticos” desde el pasado 01 de julio de 2021 y que, hasta ahora, hacía pública la decisión.
Las acusaciones del expresidente hondureño no son nuevas, la primera vez que fue mencionado en las cortes de los Estados Unidos, fue durante el juicio contra Juan Antonio Hernández Alvarado condenado a cadena perpetua más 30 años de cárcel por delitos de narcotráfico.
En aquella ocasión, el narcotraficante hondureño Devis Leonel Rivera Maradiaga, aseguró que le había entregado al entonces presidente del Congreso Nacional 250 mil dólares para evitar su extradición. Rivera Maradiaga y su hermano Javier Rivera Maradiaga se entregaron a las autoridades norteamericanas el año 2015 acusados por EEUU, de liderar una organización criminal denominada “los cachiros”.
Las acusaciones continuaron durante el juicio contra el narcotraficante Geovanny Fuentes Ramírez condenado a cadena perpetua por delitos de narcotráfico, acusando a Hernández de proteger a Fuentes Ramírez y de recibir dinero del narcotráfico, incluso en el año 2019 cuando era Presidente de la República.
Desde que se aprobó la extradición de estos hondureños a los Estados Unidos en enero de 2012, siendo presidente del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández Alvarado, 28 hondureños han sido extraditados, un número menor ha negociado su entrega de manera voluntaria, otros como el hermano del expresidente Juan Antonio Hernández fue detenido en la ciudad de Miami cuando trataba de ingresar a territorio norteamericano, mientras que el hijo del expresidente Porfirio Lobo, Fabio Lobo fue capturado en Haití y llevado a los EEUU.
La captura del exmandatario y posible extradición a los Estados Unidos, es la culminación de un rosario de acusaciones en las Corte del Distrito Sur de Nueva York, el final de una figura política que llegó a controlar todos los poderes en Honduras y que, de ser encontrado culpable, sería el primer narcotraficante que llegó a ser presidente de la república.
Fuente Imagen: VOA
