Post

El caballo de Troya migratorio: La infiltración cubana y nicaragüense en los Estados Unidos de América

“Una peligrosa estrategia migratoria para reflexionar…” Dr. Álvaro Leiva Sánchez

Hace pocos días falleció, en La Habana, Cuba, Aleida Godínez Soler, agente de la Seguridad del Estado de Cuba, famosa por su cercanía con el tirano Fidel Castro y por haberse infiltrado en los grupos opositores para informar al G2 sobre todos los movimientos de los opositores en la isla. Gracias al testimonio de infiltrada, decenas de opositores al régimen criminal castrista fueron condenados a más de 30 años de prisión, en los juicios de la “Primavera Negra”.

Los casos de infiltración de agentes de la seguridad cubana para efectuar espionaje dentro de las filas de la disidencia, no se limitan al ejercicio dentro de la isla. Innumerables casos de espionaje han sido descubiertos en diferentes ciudades de los Estados Unidos de América, especialmente en el estado de La Florida, donde se concentra la mayor parte del exilio cubano desde el año 1959, cuando dio inicio el apocalipsis comunista de la Perla de las Antillas.

Un ejemplo de ello es el caso de la denominada Red Avispa: Al amanecer del 12 de septiembre de 1998, 10 agentes de la inteligencia cubana fueron detenidos por el Buró Federal de Investigaciones estadounidense (FBI) como parte de una operación contra la Red Avispa, un anillo de espías que el gobierno de Fidel Castro había infiltrado desde inicio de la década en el sur de Florida.

Fue solo el prólogo de una larga historia que duró más de 16 años y que incluyó juicios, reuniones, mensajes secretos, denuncias, traiciones, gigantescas campañas de propaganda y visiones encontradas entre La Habana y el exilio de Miami.

Desde que Fidel y Raúl Castro asaltaron el poder político en Cuba, se inició contra las democracias de América Latina y, especialmente en contra de los Estados Unidos de América, una sistemática campaña ideológica, política y militar con la intención de lograr la expansión del comunismo por todo nuestro continente, y uno de los principales métodos para lograr su objetivo fue la infiltración de objetivos sensibles, bajo el asesoramiento de la KGB soviética.

Un método de infiltración se realiza a través de las ya conocidas “brigadas internacionalistas voluntarias”, que el régimen cubano disfraza de solidaridad internacionalista para enviar agentes de inteligencia disfrazados de médicos, maestros, ingenieros y técnicos en comunicaciones y otras actividades.

La otra vía es a través de la salida masiva de migrantes, como el famoso caso del éxodo de Mariel, Cuba, en 1980, cuando el régimen cubano infiltró delincuentes comunes y agentes de inteligencia dentro del grupo de migrantes.

Es por eso que resulta sumamente preocupante la decisión tomada por el régimen Ortega Murillo, en noviembre del año pasado, de eliminar el requisito de visa de ingreso a Nicaragua para los ciudadanos cubanos, bajo el pretexto de buscar “el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria”.

Esta medida debe encender las alarmas migratorias y de seguridad nacional de los Estados Unidos de América y de los países vecinos de Nicaragua, ya que, tomando en cuenta el añejo y trasnochado concubinato político entre La Habana y Managua, el objetivo no puede ser otro que el de instigar la migración masiva hacia territorio estadounidense.

Para diversos sectores de la sociedad nicaragüense, Ortega está utilizando a los cubanos como un arma geopolítica en contra de Estados Unidos de América para crearle problemas en su frontera, descartando así que la decisión intente hacer una obra de “caridad o de humanismo”.

Al respecto, es importante recordar la posición diametralmente opuesta del régimen Ortega Murillo en el año 2015, con respecto a la inmigración cubana, cuando la dictadura nicaragüense cerró la frontera a migrantes cubanos que buscaban ingresar desde Costa Rica en su ruta hacia Estados Unidos.

Aunque es imposible negar que existen miles de razones políticas, sociales y humanitarias que impulsan al pueblo cubano a buscar en el exilio mejores horizontes, tampoco debemos cerrar los ojos ante las perversas intenciones de las dictaduras de Cuba y Nicaragua de utilizar esta ola migratoria como “caballo de troya” contra el gobierno estadounidense y el sistema democrático de nuestra América.

Compartir
Author

Álvaro Leiva Sánchez

Abogado y Defensor de Derechos Humanos de la Asociación Nicaragüense Pro-Derechos Humanos (ANPDH). Director Misión (CHRIO) Centroamérica y (USA).